Esto decía el campeón del mundo de artes marciales, de todos
los tiempos, Bruce Lee. No se hasta que punto tenía razón este hombre, que hizo
del Kunfu su vida y su forma de ser. Fue protagonista de cuatro películas y
director de otra.
Los enfermos mentales no morimos, pero no nos adaptamos a
esta sociedad de envidia, odio, corrupción y malas formas, de tratar a las
personas como si de bichos se tratase.
La mayoría de las personas optan por adaptarse y seguir la
pauta que le marca el mundo en cuestión de trabajo, forma de vivir, de luchar
por una vida mejor y más digna.
Bruce murió joven, como casi todos la número uno en alguna
disciplina. Marcó un antes y un después, en la forma de entender la vida, desde
la vista de un campeón del mundo, de todos los tiempos en artes marciales y
luego como actor y director de cine.
Yo le diría a Bruce que morir es lo último. Hay muchas formas
de revelarse en esta sociedad que, como yo, él no entendía. Una de ellas es
vivir al margen de las cosas que no nos gustan, como hacemos los enfermos
mentales. No preocuparse por si uno se tira por un precipicio. No tirándome yo,
allá el que se tire.
Dan mucho que pensar estas palabras y quieren decir mucho:
adáptate o muere. Mal tenía que ver la sociedad este hombre allá por los años
1970. Si estuviese vivo ahora, no daría crédito a lo que pasa en el mundo y los
caminos que la gente toma.
Yo soy admirador de Bruce, como persona y como deportista,
actor y director de cine. Era una bella persona, desde todos los puntos de
vista. Buena gente y entendedor de los problemas que acucian al mundo. Dejó un
legado único.
Solo queda decir que cada uno es libre de elegir, el
adaptarse o morir. Si decides adaptarte, ten cuidado que hay mucho lobo por
ahí.
No te adaptes lucha por tus ideales.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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