Las flores son una de las cosas más bonitas que nos ofrece la
naturaleza. Las hay de todos los colores y fragancias. Hasta en los polos hay
flores. Cuando se quiere quedar bien con alguien se le regala un bonito ramo de
flores.
Las hay de todos los tamaños. Los árboles frutales echan
flores y estas se caen y va naciendo el fruto. Son por lo tanto las más
aprovechadas, pues estas se convierten en fruto de todos los árboles.
A las mujeres les gustan mucho y es raro la que no tiene en
su balcón o terraza claveles, geranios, rosas u otras flores. A los hombres nos
gustan menos, pero también somos aficionados a ellas.
Algunas mujeres les cantan a sus flores, porque las estimulan
y se ponen más bonitas. Es raro esto que digo, pero es cierto y las flores
reciben el canto como un regalo de su dueñas.
Mi madre tiene algunas en la terraza y las riega con cariño,
porque son un entretenimiento bonito el criarlas y verlas como van floreciendo
y haciéndose más y más bonitas.
Hay que tener paciencia para cuidar las flores, porque son
muy delicadas. No solo hay que regarlas, hay que quitarles las hojas secas,
abonarlas y, sobre todo, hacerlo con cariño.
Un balcón sin flores no es un balcón. Está muy soso. Cuando
las ve la gente, se maravilla de las flores que tiene esta o aquella vecina.
¡Que claveles!¡que rosas!¡que geranios!, dicen.
Hoy día, con los invernaderos, hay flores de todas las clases
en casi todo el mundo y les sacan un buen dinero.
En las floristerías por 10 o15 euros hay flores de todas las
clases. Las hacen ramos, combinándolas unas con otras y quedan preciosas. Si
quieres quedar como un señor, regala flores.
A mí las que más me gustan son las de colores fuertes y buena
fragancia. Entre ellas: rosas, claveles, jazmines, dama de noche…
Las flores son un regalo de la naturaleza para nosotros.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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