Forma parte de la línea de los grandes carnívoros (tigres,
leones, jaguares y leopardos). Debido a su apariencia física, se asocia
frecuentemente a cualquiera de las otras líneas felinas existentes, pero está
más cerca a un tigre que a un gato.
Sus características más llamativas son la presencia de
pinceles y barbas, clave para su comunicación social, y una cola corta de 14cm
con un bordón negro en el extremo.
Tiene ojos frontales para medir con precisión la distancia de
sus presas; grandes cuencas oculares, que le permiten ver con poca luz; un oído
fino capaz de detectar el sigiloso caminar de los conejos; manos
desproporcionadamente grandes, útiles para apresar con firmeza a sus presas y
uñas afiladas para impedir su escapatoria.
Llama la atención su elevada grupa, consecuencia de unas largas patas traseras, que le permiten realizar elevados saltos durante la caza.
Llama la atención su elevada grupa, consecuencia de unas largas patas traseras, que le permiten realizar elevados saltos durante la caza.
Su denso pelaje presenta un moteado que le facilita
mimetizarse con el matorral, por el que se mueve. Los linces ibéricos se
clasifican en basa al patrón de pelaje:
-Mota fina: con numerosas manchas de pequeño tamaño.
-Mota intermedia: las manchas son de mayor tamaño.
-Mota gruesa: de similar tamaño a la anterior, diseminadas.
El pasado mes de junio la UICN reclasificó al lince ibérico
pasando de la categoría de “en peligro crítico” a la de “en peligro”, lo que es
agradable para los amantes de los animales, como yo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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