Hoy nos hemos reunido un buen puñado de compañeros y amigos,
como siempre en el bufete libre Antonio Torres, en las pirámides, en la
Carretera de Cádiz.
Como estamos más desunidos, cada uno llegó a la hora que le
pareció bien. Cuando yo lo organizo, les advierto que sean puntuales y estén
allí a las 13:00 horas, pero ahora como no los veo, pues fueron avisados por
Pili, la presidenta y por Alexa, la contable de la Asociación.
El caso es que cuando nos juntemos, yo cobré a los que debían
las cuotas o debían toda la comida y nos fuimos para adentro. La novedad es que
este año han venido mis padres y mi hermano Juan, que no encontraban el sitio.
Hemos comido estupendamente y a placer y luego nos hemos
despedido hasta el año que viene. El dueño nos ha acogido con cariño. A mí me
da un abrazo cada vez que me ve. Es muy cariñoso.
Había de todo: marisco, ensaladas, paella, queso, jamón,
tortillas de varias clases y ricos dulces con nata, flanes, natillas…
Lo hemos pasado muy bien. Cada uno ha comido de lo que más le
gustaba y nos hemos puesto las botas.
Algunos de nosotros hacía tiempo que no nos veíamos, por lo
que ha sido una velada entrañable.
Nos ha hecho muy buen tiempo, por lo que todo ha salido a
pedir de boca y eso que ayer llovió y mañana volverá a hacerlo.
Nos despedimos hasta el año que vienen y que sea por muchos
años más.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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