viernes, 13 de diciembre de 2019

APRECIO


Es lo que tenemos que tener por nuestros prójimos. No digo yo por la familia, sino por todas las personas, que son como nosotros. Todos tienen su corazoncito.
El amor es lo más grande que hay en el mundo. Dos personas que se aman constituyen un edificio que no derribará ningún siclón, por fuertes que sean los vientos.
El cariño por los demás es una virtud, que no todos tenemos y que deberíamos practicar más.
No se aprecia una persona porque sí, se le aprecia porque se porta bien con los demás. Es cariñoso, bondadoso, servil, caritativo y muchos adjetivos más que no cabrían en este papel.
Aunque tú no me aprecies a mí, yo si a ti, porque eres persona como yo y en conjunto formamos la sociedad, que es el mundo.
No debemos pelearnos con nadie. Si uno no quiere, dos no discuten, porque este se aparta de su camino y no profiere contra él palabras feas y malsonantes, que hieren a la persona.
Yo aprecio a todas las personas, porque son hijos de Dios, como yo y no debemos ofender a ninguna de ellas.
Lo contrario del aprecio es el desprecio. Que mal suena esta palabra. No debiéramos mentarla siquiera.
El amor es más grande cuanto más aprecio hay entre las personas y no tiene límites. Cada cual es libre de apreciar a sus semejantes todo lo que sea capaz de amar su corazón.
Que no se diga nunca que una persona no tiene aprecio por sus semejantes. Los quiere y punto.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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