El ciego que es de nacimiento, no echa nada de menos, porque
no ha visto la luz del sol y este mundo de colores. Por el contrario, el que
nace viendo y luego se queda ciego, este si que echa de menos
El primero lo ve todo del mismo color, pero el que ha visto y
pierde este sentido, lo pasa muy mal, porque añora su vida de persona normal.
Se acuerda de cuando podía ver y ahora no ve.
Que maravilloso es poder ver, este mundo de colores y formas.
Los de nacimiento, ni lo han visto ni lo verán. Que le ocurrirá a nuestros ojos
para que, en un momento dado, ya no vean.
La vida tiene cosas maravillosas como son los cinco sentidos.
Cualquiera es malo perderlo, pero como la vista y el oído, creo que no hay
otros.
Yo creo que el peor sentido es el de la vista, porque un
sordo puede comunicarse por señas, pero un ciego no ve lo que hay a su
alrededor.
Se le puede explicar cómo es el mundo pero él lo verá a su
manera. Su mejor arma es el tacto. Con él puede conocer a las cosas y personas
que hay a su alrededor.
Cuando una persona pierde la visión, su vida cambia
totalmente. Él que veía todo claro ha quedado sumido en la oscuridad. Debe ser
terrible para esa persona.
El que no ha visto nunca, su vida es normal, porque no ha
cambiado nada. No echa nada de menos, al contrario del que nació viendo y ya,
por lo que sea ya no ve.
En cualquier caso es un drama eso de no ver.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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