jueves, 24 de octubre de 2019

LO QUE SE SABE


Decía Confucio: “saber lo que se sabe y no saber lo que no se sabe, he aquí el verdadero saber”. Y es que una persona entiende de una o varias cosas, pero no de todo. Por eso es mejor quedarse callado ante una cosa que ignoramos o conocemos poco.
Yo sé un poco de escribir, un poco de conducir vehículos y soy un poco manitas. No soy experto en ningún oficio, si bien el mío es conducir.
Cuando uno no sabe con certeza de una cosa, es mejor quedarse callado y que hablen los expertos en ella y nosotros aprenderemos escuchándoles hablar y contar sus peripecias.
Nadie nace sabiendo, así que el que experimenta más tiene más conocimientos. Si no se hace más que el vago, lo único que se nos da bien es criticar, sin razón, a los demás.
No todas las personas tienen la misma capacidad para hacer varios oficios. Saben el suyo y hacen bien en no presumir de otra cosa.
Muchas veces es cuestión de ponerse a hacer una cosa, siguiendo los consejos de alguien que sepa. Si es un buen alumno, puede superar al maestro.
“Aprendiz de todo, maestro de nada”, dice el refrán. Esto le ocurre a las personas que le arman a todo, pero no son expertos en nada, como yo, por ejemplo.
Lo bueno es saber un oficio bien y de lo demás ser un aficionado, que gusta aprender de todo, pero no puede ser maestro en todos los oficios o profeciones.
Lo que no se sabe, es mejor dejarlo a un lado.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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