martes, 8 de octubre de 2019

INJERTOS

Un injerto consiste en unir  una parte de una planta a otra. El resultado es un individuo autónomo, formado por dos plantas diferentes.
Es posible hacer injertos múltiples, injertar más de una yema o púa sobre un mismo patrón. Por ejemplo, para obtener un manzano con varias variedades de manzanas, un rosal con flores de distintos colores, datura arbórea con flores blancas y rojas a la vez…
El inconveniente de la planta con injertos múltiples, es que su vida se acorta bastante y dura solo dos o tres años. Patrón es la planta que recibe el injerto.
Variedad es el trozo de tallo o la yema, que se fija al patrón, para que se desarrolle y de ramas, hojas, flores y frutos. La mayoría de las plantas que vemos son dos: el tronco y las ramas que vemos.
Básicamente hay dos tipos de injertos: de púa, que son un trozo de rama del árbol o la flor a injertar, que se introduce en el tronco injertado.
De yema: se injerta sobre el patrón una yema y luego se ata, dejando la yema, que es la que se convertirá en planta injertada. El injerto de yema o T en escudete es el más utilizado en la producción de árboles frutales, por ejemplo el cerezo, naranjo, limonero, mandarino, melocotonero, nectarina, manzano, peral…
La mejor época para injertos de púa, va desde enero a marzo (hemisferio Norte), antes que surjan nuevos brotes. Si el clima es frío, se espera a marzo. Las púa se pueden injertar directamente o guardar en el frigorífico, uno o dos meses antes.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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