Parece ser que esto es lo que más le gusta a la gente, quizá
porque su trabajo no es vocacional. Ya sabemos que los trabajos tienen tarea,
pero si uno se amolda, lo lleva bien.
En cuanto al dinero, no creo yo que haga falta tanto para
sobrevivir. El exceso del vil metal nos haría caprichosos, poco solidarios y
tendríamos más enemigos que amigos.
El trabajar (un poco) es sano para el cuerpo, despeja la
mente, te tiene entretenido. Añoras el llegar a casa y ver a los familiares. Te
relacionas con los compañer@s.
Si se pudiese trabajar poco y ganar mucho, todos estaríamos
encantados. Yo creo que con un sueldo medio y un trabajo no muy estresante, ni
con muchas horas, todos estaríamos contentos.
Si todos tuviésemos mucho dinero: ¿quién iba a trabajar? Pues
nadie claro. Este mundo no funciona así desgraciadamente.
El dinero no se come. Comemos de lo que produce el campo y la
mar, fuente inagotable de recursos, para que podamos comer todos, pero hay que
trabajar para que produzca.
Siempre ha habido ricos y pobres y seguirá habiéndolos. Todo
se nos da, tan solo hay que trabajarlo un poco.
No debemos ser ambiciosos y querer tener todo lo que tienen
los demás, debemos conformarnos con lo que la vida nos da.
El amor y la salud deben estar por encima de todo el oro del
mundo. De qué nos sirve el dinero si no tenemos salud. Para nada, porque no
podemos disfrutarlo, por estar impedidos y no tener cariño.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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