sábado, 3 de noviembre de 2018

MI MADRE


Si la miras bien es muy buena, pero cuando algo no le viene bien se mosquea y tiene malas pulgas. Si la sabes entender es la mejor madre del mundo, dadivosa, agradecida, sonriente…
Si no la sabes entender, parecería mala, porque se toma las cosas a pecho. Por ejemplo, con el tabaco. Me repite cada vez que me ve fumar, que no fume.
Es agradecida. Este verano le llevé un helado y me dijo que estaba riquísimo. Lo compartió conmigo, porque para ella era muy grande. Cuando le haces algo, te da las gracias de corazón.
Si entiendes sus razones, te llevarás bien con ella, porque es amigable, simpática, alegre y tiene buen corazón. Solo hay que saber sobrellevarla y la tendrás en el bolsillo.
Es muy agradecida cuando le ayudas a algo. Te da las gracias con un estilo difícil de imitar. Se conforma con poco.
De vez en cuando, como todo el mundo, le gusta que tengamos un detalle con ella, pero no es exigente. Con muy poco se conforma.
Cuando le dicen que a qué hijo quiere más, ella responde: Si te cortan un dedo de la mano, ¿cuál te duele más? Pues así son los hijos, se quieren a todos por igual.
A nosotros, sus hijos, siempre nos ha dado mucha libertad. Vamos que no ha querido ni quiere tenernos bajo su falda. Desde que éramos pequeños, hemos salido y entrado cuando hemos querido.
Nosotros somos los que no nos portamos bien con ella como debiéramos, porque repito, es una buena madre.
Es trabajadora como la que más. Ahora que las fuerzas y los dolores se lo impiden, se reserva un poco más, pero ella ha llevado y sigue llevando bien su casa. Es un tesoro.
Con cualquier cosilla que le ayudes, ella se siente feliz y lo agradece mucho y bien.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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