Después de comer y fregar los platos, se echa uno una siesta
y después, lo mejor que hay es echar unas partidas a algún juego de azar, sea
el que sea.
Mi padre, mi madre y mi hermano Paco y yo hemos echado unas
partidas al dominó. Primero mi padre y yo. Hemos echado dos a cinco manos y él
me ha ganado una y yo le he ganado otra, por lo que hemos quedado empatados.
Después
hemos jugado con mi madre, la que al ver que perdía, se retiró pronto. Después
vino mi hermano Paco, el cual nos ha dado una paliza. Nos ha dejado cinco a
una.
Lo importante no es quien gane, sino pasar un rato
entretenidos charlando de nuestras cosas y en la grata compañía de la familia.
Mi padre es el que sabe mejor jugar, pero como es un juego en el que interviene
la suerte, pues no siempre gana.
La semana pasada le gané tres partidas a cero y es que, a
veces, se equivoca y yo le gano. Todos o casi todos los domingos jugamos unas
partiditas y pasamos el rato. Hay muchos juegos de azar, pero nosotros jugamos
al dominó, que nos parece más entretenido y a la vez cultivamos la mente, que
falta nos hace.
Los domingos, que no tenemos nada que hacer, aprovechamos y
echamos unas partiditas. Si no encuentras nada que hacer, haz como nosotros, lo
pasarás bien.
En la Asociación también jugamos al dominó, pero es que no
hemos comprado todavía los juegos. Yo allí me dedico a publicar mis escritos en
internet y a la vez, sacarle copias en la impresora.
Los juegos son amenos, divertidos y, sobre todo un
pasatiempo, en el que a la vez que se juega, se habla y se comentan impresiones
de las cosas del trabajo o la dedicación de cada uno.
Si no encuentras nada que hacer, juega en familia unas
partiditas a cualquier juego.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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