Será la alegría de su casa, para padres, hermanos, abuelos y
demás familiares. Niño o niña, lo importante es que venga sanito, que todos le
llevan esperando nueve meses y eso es mucho esperar.
Los padres lo mimarán con grandeza y lo cuidarán, como un
tesoro que es. Los primeros años son los más bonitos de esa vida nueva, que
crecerá despacio, pero sin pausa.
Viene a engrandecer el mundo. Cada vida nueva es una joya,
para la humanidad. Los padres se sentirán orgullosos de recibir a un nuevo
hombre.
Poco a poco irá creciendo, como crece el orgullo de sus
padres, por ver que han agrandado la familia. Con tres o cuatro años se volverá
revoltoso, pero eso es señal de que está sano y que quiere imponer su criterio
en el mundo que le ha visto nacer.
Irá al colegio a formarse, para ser un hombre de provecho.
Difícil lo tiene, porque hay mucha competencia y tendrá que estudiar mucho, si
quiere acceder a un buen puesto de trabajo.
Desde pequeño es inteligente y sabrá, por ejemplo, manejar
las nuevas tecnologías mejor que sus padres, que se quedan obsoletos.
Pronto será un jovencit@ y buscará pareja para llenar ese
vacío que tiene en ese corazón. Chico y chica se juntarán y con el tiempo se
casarán y traerán nuevos bebés al mundo.
La vida continua y los antiguos padres ahora son abuelos,
dichosos de tener nietos tan hermosos. Dios desde el Cielo los cuidará y dará
todo lo necesario para que sigan procreando.
Estos niños vienen a suceder a los más mayores, que los miran
con alegría, porque saben que no les defraudarán.
Que siga la racha y que vengan nuevos bebés al mundo, que
aquí les estamos esperando, para recibirles como se merecen, con cariño y
admiración.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario