Y tu cuerpo es un jardín y
yo soy el jardinero, que ha de velar por ti. Tengo que quitar las hojas
secas, las ramas feas, tengo que regarte y abonarte, para que cada día estés
más bonita y radiante, para que sientan envidia los mejores jardineros de
Málaga y del mundo.
Tengo el corazón en carne viva por tus huesitos. No dejo de
pensar en ti. Mi alma suspira por un beso tuyo y mis manos desean tocar las
tuyas, como si fueran mías solamente y es que te quiero tanto, que por ti daría
la vida. Eres la mujer más guapa del mundo.
Deseo tener un hijo contigo. Con padre valiente y madre con
cara de flor, tendrá que ser un machote o una niña guapísima, que vendrá a
alegrarnos la vida y a ser fruto de nuestro amor eterno.
Tu madre no me quería por yerno, tu padre pensaba que no era
para ti y nosotros nos unimos tanto, que vinimos a quitarle la razón a ambos.
Cuando te conocí eras una adolescente, pero tu cuerpo se fue
formando de mujer, pequeñita, pero con todos sus atributos, de hembra y fiera
formal, que me viniste a enamorar de pies a cabeza.
Tus pechos son fuente que manan agua y calor humano para mí.
Son tan bonitos, tiernos y llenos de amor, que cuando los acaricie por primera
vez, mi alma se estremeció. Tu cuerpo blanquito es suave como la lana.
Descubrimos el amor poco a poco, sobo a sorbo. Un día un
poquito, otro algo más, hasta llegar a tener relaciones sexuales. Pero esto con
los años y años de noviazgo. Pasión siento por ti, por tu alma de mujer, que me
fue enamorando, hasta quitarme la razón.
Éramos dos muchachos apocados, que no salían de juerga, ni
nos gustaban las discotecas. Nos presentaron un cálido otoño y vinimos a ser
planta y tierra para el jardín que empezamos a construir.
Solo espero que nuestras vidas hoy separadas, por cosas del
querer, estén juntas en el Cielo, que estoy construyendo para ti.
Desde aquí te quiero decir que te amo, te amo mucho cariño.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario