Cuando sufrimos falta de equilibrio, o estamos bebidos, o
algún medicamento o enfermedad nos lo produce. En mi caso la falta de
estabilidad viene de que soy sordo del oído izquierdo. Es rara esta afección,
pero tan real como la vida misma.
Poco a poco, me fui dando cuenta de que tengo menos
equilibrio que un borracho, si saber de qué podía ser. El médico especialista
no me decía nada, pero me vine a enterar por una compañera, que es bióloga, que
me comentó que ese defecto, podía ser producido por la falta de audición.
El caso es que yo no podría conducir ni una bicicleta. Mucho
menos una moto, me caería. Para ponerme los pantalones tengo problemas y en la
ducha tengo que gastar cuidado, sino me caería. A la hora de ponerme la ropa
interior, tengo que apoyarme en el quicio de la puerta, caso contrario, caería
al suelo.
Es un verdadero problema esto, porque hasta para andar tengo
problemas. Andando normalmente, hay veces que tengo que echar el pie hacia
donde pierdo el equilibrio.
Esto del oído tiene mal arreglo, pues no me pueden operar y
aunque lo hicieran, no recuperaría el oído. O sea que a aguantarse toca. Yo
vengo padeciendo del oído desde hace 10 años más o menos y cada vez ha ido a
más hasta quedarme con audición, tan solo en el oído derecho.
Yo notaba que no oía con ese oído, el izquierdo. Iba al
médico de familia y me mandaba al especialista. No me decían de qué podía ser. Fui
dos o tres veces a urgencias y me mandaban antibióticos, que me perforaron el
tímpano.
Todo esto es muy molesto y peligroso, porque yo oigo venir un
coche y no sé de dónde viene.
Por todas estas cosas
yo no puedo conducir ninguna clase de automóvil. Sería peligroso.
Yo me conformo con no perder el oído derecho.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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