Hoy, como todos los domingos, he ido a casa de mi amigo Pepe,
para desayunar juntos. Yo llego a su casa a las nueve y media. Unas veces
compramos churros, (muy buenos, por cierto), y otras comemos en un bar que hay
por allí muy baratito.
Después llamamos por teléfono a nuestro íntimo amigo Antonio. Conversamos largo rato de nuestras
cosas, nos fumamos unos cigarritos y a eso de las doce del mediodía, me voy
para mi casa.
Antonio y Pepe son los dos mejores amigos, con diferencia,
que tengo. Los he conocido a ambos en Al-Farala. De vez en cuando, nos juntamos
los tres y nos vamos al restaurante el
Jardín, a almorzar un menú y echar el día. Por cierto que ponen una paella muy
buena.
Hoy teníamos previsto Pepe y yo, ir al rastro (mercadillo), a comprar dos
camisas para mí, y así lo hemos hecho. Primero hemos llamado, un ratito, a
Antonio, luego hemos desayunado, hecho unos mandados y luego hemos cogido el
autobús que nos lleva al rastro.
Nada más llegar, nos hemos puesto a buscar las camisas. Hacía
calor. Dimos unas cuantas de vueltas, y no encontrábamos la prenda deseada.
Después de un rato de andar y andar, vimos que en un puestecillo, había algunas
y como eran baratas (seis euros, cada una), pues allí mismo las compré.
Después, nos dimos una vuelta por el mercadillo (ya, por ver
si había algo interesante). No encontremos más camisa en todo el rastro, y es
que la gente ya no usa camisas, sino camisetas. Yo prefiero aquellas, porque
dan mucho calor las camisetas y porque no tienen bolsillo.
Como hacía calor, nos compremos unas coca colas fresquitas y
nos las bebimos. Y ya, cumplida nuestra misión, nos fuimos a coger el bus, que
no tardó en llegar, y nos fuimos cada uno para su casa
Ha sido un día memorable. Lo hemos pasado muy bien. Cuando
tengamos que comprar otra cosa, nos
juntaremos de nuevo, para echar un día bueno, a la vez que desayunamos juntos
Nosotros siempre vamos a comprar a los sitios que son
baratos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario