jueves, 19 de julio de 2018

LA VIDA PASA VOLANDO


Cuando somos niños, queremos que pase pronto el tiempo, para ser como nuestros padres. Para hacer cosas importantes. Durante esta época, parece que el tiempo no corre. Estamos pensando solo en el juego, en estudiar, en hacer planes para el futuro, que dependerá, un poco, de como nos vayan los estudios y la suerte que tengamos al acceder a un puesto de trabajo.
Por esta época, iremos echándole el ojo a ese chico, a esa chica que, posiblemente, se convertirá en nuestra pareja. Ya somos mayores, y podemos tener moto, coche y dependemos menos de nuestros padres. Sin darnos cuenta, los años van pasando. Pero todavía somos jóvenes.
Miramos hacia adelante en un mundo que, al crecer, se va haciendo más hostil. Se acabaron los juegos de chiquillos y hay que tomarse la vida más en serio. Nuestros deseos se han convertido en un cúmulo de problemas.
Si nos casamos, pronto vendrán los hijos, que serán los reyes de la casa, pero hay que alimentarlos, cuidarlos, vestirlos, calzarlos, comprarle algún juguete…Pronto irán a la guardería o al colegio y los querremos con locura, ya sean niños o niñas.
Trabajaremos con afán para que nada falte en casa. No te olvides de vivir, que cuando quieras acordar, te estarán diciendo abuelo.
Aprovecha cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, porque los pequeños momentos buenos vienen juntos a cada etapa de una vida, que cada vez más se nos va quedando corta.
Ahora ya no miramos hacia adelante, sino más bien, hacia atrás.
Las vivencias que han hecho dichoso nuestro existir, aquellos amigos con los que ya no nos vemos, también aquel profesor que nos tenía tirria y aquel otro que nos apreciaba.
Vive intensamente, porque solo lo haremos una vez. Disfruta todo lo que puedas, se optimista, no pienses que ya tienes tus añitos, ríe como un chaval, no te preocupes por el futuro, trabaja con gusto, ello te llevará a ser más feliz.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario