miércoles, 18 de julio de 2018

COMO EN UN ESPEJO


En la actualidad vemos las cosas como en un espejo, espiritualmente me refiero. Como todos sabemos, al reflejarse nuestra imagen en un espejo, hacemos con la mano derecha, lo que en realidad hace la izquierda.
Este simil pone en los Evangelios, para hacernos ver, que las cosas no son como nosotros las vemos, sino un poco del revés.
No me gusta escribir sobre cosas religiosas, porque tienen muy poca aceptación. Las personas miran esta vida como lo único que tienen y cuando oyen mentar a Dios, ponen su oído en otro sentido.
No me gusta, digo, pero se hace necesario. Aunque se diga que la religión es el opio del pueblo, yo sigo pensando que no, que es la pura realidad. Lo que pasa es que, la mayoría de las personas, hacen las cosas que dice Dios, sin mentarlo. Sabiendo que sus pasos son correctos, sin acordarse de la Biblia, de Jesús (nuestro Maestro) y de Dios. Esto es así porque, a la hora de echar una mano al desvalido, todos o casi todos, estamos dispuestos. No leas este artículo, si te parece chocante, que no digo más de lo que tú ya sabes.
A mi se me hace imprescindible, el hablar, de estas cosas, por si alguna persona, puede oírlas con agrado y acordarse, sobre todos en los momentos malos, de que no estamos solos y abandonados. Aunque no lo echemos en ver o lo vemos como en un espejo.
No soy mayor que vosotros, sino todo lo contrario. Lo único es que posiblemente, veo las cosas de otra manera, que me gustaría compartir, al menos con uno de vosotros. Yo creo en Dios, nuestro Señor, en Jesús, y en el Abogado o Espíritu  que Jesús, cuando estaba aparecido a sus Apóstoles, después de ser muerto en la cruz, prometió no dejarles solos, sino que les enviaría ese Abogado, para que les sirviera de ayuda, en su misión en la tierra.
Misión que no resultaba fácil, ya que eran perseguidos, encarcelados y los mataban por mentar el nombre de Jesús y por hacer las cosas que Él les había encomendado.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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