CONVERSACIÓN

 

CONVERSACIÓN

11-02-2023

….De los que vamos para mayores. Dice el/la primer@: “ a mi me duele aquí, acá  y allá, tengo la tensión alta y el colesterol” a lo que replica el/la otr@: “eso no es ná comparao con lo mío, yo soy diabético, me duelen las dorsales, las cervicales y alguna cosilla más”. Por cierto dice el/la primer@, tú cuantos años tienes”. Yo tengo 54” a lo que replica el/la otr@: “claro si eres un chavea, yo cuento 60 ya”.

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Como esta y parecidas son las conversaciones de los que vamos para mayores, no te digo ná cuando lleguen a los ochenta. Serían como una casa vieja, con desconchones por todos lados y goteras en los cuatro costados. Yo ya conté mis achaques en una ocasión y la verdad es que es una pena hacerse viejo.

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“De los cuarenta para arriba no te mojes la barriga”, que razón tiene este refrán. Cuando uno tiene de 18 a 25 años le parece todo jauja, que a él no le van a afectar esos males que tienen sus padres, por ejemplo y no saben ellos que no deben abusar de nada, porque a todos nos pasa: trabajamos como mulos, fumamos, bebemos alcohol por un tubo…

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Y no saben ellos que cuando pasen  20 o 25 años, ellos también tendrán achaques, peor si cabe que nuestros padres, que se alimentaban bien y ahora solo se comen porquerías, que si una hamburguesa, un perrito caliente, que si un pitufo mixto, que si una catalana y de beber una lata de energéticos. Échale usted costales, que los tiene.

 

Por estos achaques que tienen los cincuentones, ya no los  quieren en ningún trabajo, porque los empresarios saben mucho y no les dan cuartelillo, porque saben que han abusado de su cuerpo y ahora los achaques se los comen.

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De nada les vale la experiencia a unos señores que solo buscan la productividad. Para para los que nos ocupan ya solo valen en trabajos que cuente la citada experiencia, como puede ser encargado de obras en la construcción o en cualquier trabajo que cuente lo bailao y no la fuerza bruta, porque ya no están para esos trotes. Yo, que parezco tonto me di cuenta a tiempo y me busqué un trabajo fijo, en una empresa que no quiera solo a los jovencitos y que cotice por uno y se asegure una jubilación a su tiempo y digna. El locares, como yo les llamo, solo piensa que de eventual gana el doble y no le echa cuentas al futuro, que sin lugar a  dudas llegará.

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Llegará y te vas a enterar lo que vale un peine, como suele decirse, cuando te rechacen en trabajos que son solo para brutos.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.