viernes, 13 de septiembre de 2019

EL GATO EN EL TEJADO


Todas las noches, mientras nosotros dormimos, un personaje se pasea por nuestro tejado. En el silencio de la noche mira la vida pasar, sin grandes preocupaciones. Tan solo necesita comer, beber, hacer sus necesidades…y buscar una compañera para procrear y que siempre haya descendencia suya.
Tan solo teme a los perros, que pueden hacerle daño o matarlo. En la realidad, su vida es muy parecida a la de las personas, solo que ellos no tienen que trabajar. Gusta de la compañía de nosotros, o sea, como nosotros busca el cariño de los demás.
No lo maltrates, sino más bien, cuídalo, que será un amigo más en tu repertorio, que con poco se contenta, al contrario de los humanos, que necesitamos mucho y aun así no estamos contentos.
Los animales son seres vivos como nosotros, a veces están tristes, a veces pletóricos. De ellos tenemos mucho que aprender, pues como digo, con poco se conforman y viven más felices que nosotros, en su mundo, que es el nuestro, que es el de tod@s.
Ese mundo que todos debíamos cuidar y no lo hacemos, por pereza, por falta de escrúpulos comerciales, dice la canción, deberíamos ser civilizados como los animales, que no ensucian sino lo preciso y no contaminan el ambiente, cosa que nosotros si hacemos y no ponemos remedio a ello.
El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Que razón tenía nuestro querido amigo y amante de los animales, ya desaparecido, Féliz Rodríguez de la Fuente. Él no le haría daño ni a una hormiga, porque esta no le hace daño a nadie.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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