Si es laboralmente, se hace en los primeros años de vida,
cuando vamos al colegio. Tendría que ser antes del instituto, para orientar las
materias que va a estudiar.
Tiene que ser el alumno el que elige qué desea ser, o en qué
desea trabajar cuando termine los estudios. Debería ser vocacional, porque en
este caso tiene más posibilidades de éxito, que si elige el que más salida
tiene o en el que más dinero se gana.
Padres y profesores aconsejarán al chico o a la chica de qué
le puede interesar, pero, insisto, el que debe elegir es él o ella. Cuando está
estudiando, es posible que haya muchas vacantes de médico, por ejemplo, pero
quizá cuando termine los estudios lo que se necesitan son arquitectos, por lo
que lo mejor que puede hacer es estudiar lo que le guste.
Muchos muchach@s dejan de estudiar cuando terminen la
Enseñanza Secundaria Obligatoria, para dedicarse a oficios que no necesitan
estudios universitarios como albañil, fontanero, ayudante de eletrisista,
panadero, dependiente, camarero, jardinero, conductor, repartidor de
paquetería…
Muchas veces hacen una carrera y tienen que trabajar en otra
cosa, porque no hay plaza en su especialidad. Tendrán que esperar a que haya
plaza en su profesión.
Yo no estudie, pero he trabajado, principalmente, en lo que
me gustaba: conductor de camiones y por último de autobuses y era feliz porque
hacía lo que me gustaba. Además, se rinde más que si no te gusta lo que haces.
Actualmente no hay mucho donde elegir, porque hay pocas
plazas para todo.
Los puestos más ansiados son los de funcionario, porque es
para siempre y se gana buen sueldo.
Si se trata de elegir un destino de vacaciones, es cuestión
de plantearse lo que queremos ver o visitar. Entre toda la familia propondrán
destinos y posibilidades, según los gustos, la economía y lo que cueste el
viaje.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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