miércoles, 31 de julio de 2019

ELEGIR UN DESTINO


Si es laboralmente, se hace en los primeros años de vida, cuando vamos al colegio. Tendría que ser antes del instituto, para orientar las materias que va a estudiar.
Tiene que ser el alumno el que elige qué desea ser, o en qué desea trabajar cuando termine los estudios. Debería ser vocacional, porque en este caso tiene más posibilidades de éxito, que si elige el que más salida tiene o en el que más dinero se gana.
Padres y profesores aconsejarán al chico o a la chica de qué le puede interesar, pero, insisto, el que debe elegir es él o ella. Cuando está estudiando, es posible que haya muchas vacantes de médico, por ejemplo, pero quizá cuando termine los estudios lo que se necesitan son arquitectos, por lo que lo mejor que puede hacer es estudiar lo que le guste.
Muchos muchach@s dejan de estudiar cuando terminen la Enseñanza Secundaria Obligatoria, para dedicarse a oficios que no necesitan estudios universitarios como albañil, fontanero, ayudante de eletrisista, panadero, dependiente, camarero, jardinero, conductor, repartidor de paquetería…
Muchas veces hacen una carrera y tienen que trabajar en otra cosa, porque no hay plaza en su especialidad. Tendrán que esperar a que haya plaza en su profesión.
Yo no estudie, pero he trabajado, principalmente, en lo que me gustaba: conductor de camiones y por último de autobuses y era feliz porque hacía lo que me gustaba. Además, se rinde más que si no te gusta lo que haces.
Actualmente no hay mucho donde elegir, porque hay pocas plazas para todo.
Los puestos más ansiados son los de funcionario, porque es para siempre y se gana buen sueldo.
Si se trata de elegir un destino de vacaciones, es cuestión de plantearse lo que queremos ver o visitar. Entre toda la familia propondrán destinos y posibilidades, según los gustos, la economía y lo que cueste el viaje.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.   

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