viernes, 5 de julio de 2019

MIEDO


Me dan las personas que creen saberlo todo y luego resulta que no saben nada. La sabiduría es un don que tenemos todas las personas, unas más que otras, pero debemos saber utilizarla.
Hay que saber cuándo se debe hablar y qué se debe decir, porque hay palabras que hieren y nuestro prójimo no se merece que se las digamos. Otras veces nos quedamos callados y es entonces, quizá, cuando deberíamos hablar, poner las cosas claras y no tener miedo de nada, ni de nadie, porque son personas como nosotros.
La persona que es legal, no tiene miedo de nada, porque va por su camino y hace las cosas según su conciencia se las dicta. Va con la cara alta deseando encontrarse con sus amigos y conocidos.
El miedo es la serpiente, que saca la lengua en señal de que va por mal camino, deseando devorar a cualquiera que pase. Lo mismo les ocurre a las personas, que vamos a ver a quién le damos el sablazo.
No tiene miedo el que cumple con su obligación y hace su trabajo a conciencia, poniendo todo lo bueno que hay en él para servir a su prójimo.
En el trabajo nuestro es donde debemos demostrar nuestra valía, haciéndolo lo mejor que sabemos, con gallardía, con ánimo y con buen hacer. Haciendo favores. Yo no trabajo ya, pero cuando lo hacía, era con gusto de servir a mis jefes y a mis viajeros, que agradecían tanta bonanza cuando, quizá no los conocía de nada.
Mi ocupación era vocacional, lo que ayuda a hacer bien las cosas y con alegría.
Miedo es no saber lo que se va a hacer en un momento dado, a temer los de los pasan por nuestro lado, a saber que no se está haciendo lo que se debe en su momento.
Es cuando podemos hacer una cosa bien y hacemos lo contrario.
Miedo es una palabra muy fea, que no debemos pronunciar y sobre todo hacer sentir a nuestros conciudadanos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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