Málaga está lleno de ellos. Puedes desayunar, almorzar, tomar
una tapa, un café, una copa…En verano hay mucho turismo y estos
establecimientos hacen negocio, porque son muchos los visitantes.
Si la terraza está a la sombra, puedes disfrutar de un
desayuno, una comida o beberte una cerveza, al aire libre, que es como gusta.
Sino, en el interior, con aire acondicionado y un buen servicio de camareros.
Por toda la costa los hay, también chiringuitos con sus
famosos pescaitos fritos, espetos de sardinas y tapas para todos los gustos.
Hay también bufetes libres, donde por once o doce euros te puedes poner las
botas. Los hay baratos y de más categoría, para todos los gustos y bolsillos.
Desde Estepona hasta Nerja puedes encontrar estupendas
playas, con sus restaurantes incluidos. Es estupendo para el turismo que gusta
de las playas de Málaga y de su gastronomía sin igual.
El pescado es fresco, recién cogido y a la plancha o al horno
están riquísimos. También hay turismo de interior. Este tiene menos éxito en
verano, pero es una opción más a la que te invito que disfrutes. Hay casas de
campo con su piscina y todos los preparos para pasar unas buenas vacaciones.
Mis amigos Pepe y Antonio vamos al restaurante el jardín,
donde por ocho euros, te dan variados platos de primero, de segundo, pan,
postre y bebida incluidos. Vamos que no te vas con hambre de aquí. Si lo deseas
también puedes comer a la carta, un poco más caro, claro.
El domingo que viene tenemos pensado venir a comer y echar el
día abajo. Por la mañana desayunaremos en un bar, luego saldremos a comprar y
luego vendrá Antonio y ya está el trío completo.
Esta vez le toca pagar a Pepe, otra vez pagará Antonio y la
siguiente yo. Nos llevamos muy bien y no hay problemas entre nosotros.
Los restaurante en Málaga se cuentan por cientos y todos te
ofrecen ricos manjares. Vale la pena comer un día señalado fuera.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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