Es el título del libro que escribió Eleuterio Sánchez “el
Lute”. Cuanto debe saber ese hombre de la vida y del destino. Me imagino yo que
con estas palabras quiere decir que hay que coger un camino y seguirlo siempre,
mientras puedas.
Hay que luchar y luchar mientras se pueda, cuando no puedas,
revienta, que la vida sigue muy a pesar nuestro. Nuestro caminar es duro, pero
más duros debemos ser nosotros. Hay que trabajar por lo que se cree, mientras
nos quede un soplo de vida.
Si no luchas, no eres hombre digno de la vida. Elige un
camino y no lo dejes jamás. Camina o revienta, como dice Eleuterio, que la vida
es de los luchadores, de los que se dejan el pellejo, cada día, en el caminar
en este mundo de espinas y malas yerbas.
Camina por duros que sean tus pasos, que no se diga que no
eres luchador. Lucha por aquello que crees justo, que no es la ley de los
hombres. Eso es una trampa para bobos, que andan deambulando por caminos
extraños. La Ley del luchador son sus pies y sus manos, con los que trabaja
incansablemente hasta triunfar o morir.
Estoy hablando de un delincuente, pero qué son los políticos
que se llevan el dinero del pueblo y luego nos hablan de ley y de recursos para
los pobres. Merecen la cárcel de por vida por engañar a los que debieran
defender y no robar descaradamente al que luego le vota para que sea alcalde,
diputado, concejal o presidente de alguna opción política.
Trabaja hasta reventar por los más pobres, que luego te
votarán para que ganes el sueldo desde un sillón, cómodamente y sin trabajar
duro.
Esto es lo que hacen los obreros para construir un mundo un
poco mejor.
Cada uno tiene su puesto en la vida, lucha por él, porque
alguien diga: ese hombre es bueno, que vive de su salario y que no roba a los
pobres, sino que los ayuda y da la cara por ellos. Que vivan esos hombres, que
tengan salud y suerte.
Quiero rendir un homenaje a este hombre, que luchó por los
pobres.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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