sábado, 6 de julio de 2019

LA MADRUGÁ


Para los que se acuestan temprano como yo, es un tiempo largo, pues después de asearte, desayunar y poco más, tienes un tiempo muerto, que no sabes que vas a hacer.
Hoy me he levantado temprano y después de hacer mis cosas me he puesto a escribir sobre este tiempo en que, casi  todo el mundo está dormido, salvo alguno que empieza temprano su actividad laboral.
He estado preparando para echar el día abajo, pero el reloj corre poco en este tiempo libre, que ya no sabes que vas a hacer. Me he fumado unos cigarritos. He estado arreglando y ordenando facturas del agua, de la luz y de la contribución de la vivienda, no vaya a ser que luego haya malos entendidos y nos reclamen algo que hemos pagado ya.
Cuando termine de escribir me pondré a oir la radio, a ver que nuevas noticias nos trae el día, que está por llegar. Los deportes, el tiempo, la política y tantas cosas que se cuentan en la radio.
Todo transcurre despacio, en silencio y no se ve un alma por ahí. Tan solo ha pasado un coche y mi amigo Bernardo que empieza temprano la jornada en Limasa, donde trabaja de engrasador.
Menos mal que estamos, como aquel que dice, en verano y los días son largos y pronto la luz del sol alumbrará el Cielo y en la ciudad empezará la tarea diaria para cada uno. Mis padres duermen, pero pronto se levantarán a ver de qué va el día hoy. La madrugá es un tiempo bonito, porque haces lo que quieres y nadie te molesta. Pronto vendrá mi hermano Paco a desayunar, que tiene muchas tareas que hacer y tiene que empezar pronto.
Ya parece que vienen los primeros rayos de luz del día, que esperemos que sea productivo para todos, cada uno en su tarea.
Mi madre estaba ayer pachucha. No sé si la tendremos que llevar al hospital. La lleve y era depresivo, porque ayer discutí con mi hermano Paco y a ella le gusta que nos llevemos todos bien, seguiré mi tarea diaria de ir a Al- faralá y escribir mis artículos en el ordenador. Por la noche, mi madre estaba un poco mejor, pero le han mandado pastillas fuertes.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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