Puede resultar monótono, porque casi todos los días hacemos
las mismas cosas, pero si uno se dedica a su tarea, no se mete con nadie, va a
su ruyo y vive la vida a su manera y con su arte de tener amigos buenos y
conocidos mejores. Entonces puede decir: “la vida es bella”.
Se levanta uno por la mañana, se asea, desayuna, se va a dar
un paseo, a tomar café y hacer l compras, a ver a los amigos, saludando a todo
el mundo que se precie, entonces la cosa cambia.
Después se va al trabajo o a sus ocupaciones, con una sonrisa
en la cara, con ganas de vivir, de luchar con vocación por lo que se hace.
Seguro que, pelillos a la mar, le sale que ni pintado.
El trabajo no es tanto si se toma con filosofía, con cariño,
con amor a los que te rodean, con respeto hacia los demás y que este sea
recíproco. Tómate las cosas como si se tratase de guasa, no te enfades con
nadie, vive a tu manera, que nadie te marque los pasos a seguir.
Se tú mismo, no te dejes influenciar por lo que hacen los
demás. Tú a lo tuyo a tu royo, que verás que la vida te sonríe. Haz una
carantoña a tu mujer y a tus hijos, regálales alegría.
Sé atento con los tuyos, como ellos quieren de ti, con
sencillez, con ternura, con cariño humano que se acerca al Cielo. Llama a los
amigos, queda con ellos para echar un día de juerga. Verás que contentos se
ponen, regálales tu alegría que sale de dentro.
Vive para ellos, no para ti y te devolverán el cariño con
creces. No seas tacaño.
Comparte lo que tienes con ellos, que ellos harán lo mismo
contigo.
Asómate por la ventana por la mañana y di: hoy va a ser un
buen día, lo presiento, me sale del alma.
Ten fe en ti mismo, confía en que tus planes van a salir bien
y saldrán. Te lo aseguro.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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