Son más necesarias que molestas, si bien estorban al tráfico
y a los peatones. Pero debemos comprender que son necesarias. Meter tuberías de
gas, de agua, de cables de electricidad, agrandar el saneamiento, renovar
aceras, entre otras.
Muchas veces nos quejamos, sin razón, de que una calle esté
temporalmente cortada al tráfico, que una acera esté cortada, que no se puede
aparcar cerca de casa porque todo está en obras y no decimos que esas obras son
para mejorar los servicios a los que se deben dichas obras.
Además dan trabajo al que carece de él, que son muchos y de
muchos oficios o profesiones. Cuando están terminadas todos nos alegramos de
que las hayan hecho, pero antes siempre criticamos.
Debemos ser comprensivos y facilitar a los operarios su
difícil tarea expuestos a las inclemencias de tiempo y a la crítica de los
vecinos que parece que no tienen otra cosa que hacer.
Cuando se rompe una cañería, por ejemplo, todos deseamos que
la arreglen pronto, porque huele mal. Pues lo mismo debemos de ser para las
obras que no comprendemos porqué se hacen.
Seguro que no es por gusto. Todo tiene sus motivos y sus
razones, pero no van a venir a casa a explicárnoslas.
Cuando hacen algo que nos conviene, como asfaltar una calle
que estaba llena de hoyos, no decimos nada. Solo hablamos para criticar.
Debemos pensar: están haciendo obras. Algo estarán arreglando para nuestro bien.
No hay motivos ni dinero para hacer cosas por gusto. Nos
aguantamos un poquito y todo resuelto.
Los responsables de estas obras saben lo que se hacen y más
veces dejarán de hacer alguna, que hacer una por gusto. Todos ganamos cuando se
ejecutan obras en nuestro barrio.
Debemos facilitar a los operarios su labor. No aparcando el
coche donde estorbe a dichas obras, por ejemplo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario