No se amolda la vida a nosotros somos nosotros los que
debemos amoldarnos a la vida. Hasta cierto punto podemos hacer lo que queramos,
pero llega un momento en que nos debemos hacer a la vida.
Sobre gustos no hay nada escrito. Cada uno puede hacer,
responsablemente, lo que quiera, teniendo en cuenta que los demás son como
nosotros y asimismo tienen sus sentimientos, que nosotros debemos respetar,
igual que ellos harán lo mismo con nosotros.
El amor al prójimo es lo más bonito que hay en la vida. El
quererse como hermanos hará que nos sintamos dichosos, alegres y personas de
bien y para bien. Es el mejor consejo que puedo darte.
La vida se va volando. Hay que aprovechar el tiempo y no
jugar con el reloj, que no para de correr. Hombres y mujeres juntos, pero no
revueltos debemos dirigir nuestra vida hacia el bien. Reirnos de las cosas
graciosas, que hay en la vida. Solo hay que observarla. Está plagada de risas.
Los mejores momentos vienen solos. En el trabajo, en casa,
con los amigos surgen esas circunstancias graciosas, que hacen de esta vida un
alegre juego de niños, inocentes, pero vivos.
La vida es un camino que emprendimos cuando nacimos y que se
va orientando hacia donde nosotros queremos. Tenemos casi total alvedrío para
hacer lo que mejor nos plazca.
Hay varios tramos en la vida, niños, adolescente, mayores,
maduros y ancianos. Cada uno tiene su aliciente, para que no nos aburramos y
disfrutemos cada momento a gusto.
La niñez es la mejor etapa de la vida, porque no tenemos
problemas de ninguna clase. Solo comer y jugar.
Los adolescentes son rebeldes ante una vida que se les pone
difícil. Los mayores tienen problemas
porque tienen que organizar su vida de la mejor manera posible.
Los ancianos lo tienen casi todo resuelto. Son niños otra
vez.
José Antonio Mérida.
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