En esta vida tan estresante, llena de problemas y cosas que
hacer, conviene darse, de vez en cuando, un respiro. Dejar los quehaceres a un
lado e irte a hacer lo que te gusta, con los amigos, por ejemplo.
A la mayoría de las personas nos sobran cosas que hacer todos
los días. La compra, el trabajo, las labores del hogar, los compromisos y un
ciento de cosas, que se juntan y forman una tarea difícil de llevar.
Nos levantamos temprano, con prisas, porque hay que llevar
los niños al colegio o a la guardería, para irse a trabajar. En los ratos
libres hacemos la compra, sacamos a pasear al perro y no nos queda tiempo para
nosotros mismos.
De esta forma no disfrutamos nada, todo son tareas cotidianas
que no nos aportan toda la alegría que, sin duda, merecemos. Cuando descanses
en el trabajo o tengas vacaciones, concédete un día de ocio para hacer lo que
te dé la gana. Cargarás energías para volver luego a la rutina diaria.
Conviene descansar el cuerpo y la mente para ir
descansados al trabajo. No te van a dar
ningún premio por ser muy trabajador, al contrario, te sentirás estresado y
caerás rendido, sin ganas de hacer nada.
Haz las cosas con gusto, con vocación por lo que haces. No te
sientas obligado. Haz lo que tienes que hacer simple y llanamente porque te
gustan tus obligaciones, ya sea en el trabajo, en casa o con los amigos.
Después de descansar vuelves a tu tarea con más ganas, con
más alegría y todo te saldrá mejor. Saca a la familia los domingos a comer
fuera. Tu mujer y tus hijos te lo agradecerán.
Aprovecha los ratos libres para descansar. Olvídate por un
momento de las obligaciones. Di no a lago que te parece ineludible y dedícate a
ti mismo que es lo más importante que tenemos cada uno, para ayudar luego a los
demás en todo lo que les puedes servir.
Piérdete por un momento del mapa y vete a hacer eso que tanto
te gusta. Te sentirás bien, agradecido y un poco más libre, más tuyo…
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario