Es igual que un matrimonio sin hijos. Muy soso ¿No? Las
flores para el jardín y los hijos para la pareja son la esencia del estado.
No tener hijos la pareja puede suponer un trauma difícil de
solucionar, porque esto es lo que van buscando la mayoría de las parejas, los
hijos, que tomen el relevo de ellos que emprendieron este camino.
Un jardín sin flores es un campo que no produce nada, solo
malas hierbas, una ruina, porque el jardinero quiere que tenga muchas flores.
Los hijos son las flores de ese jardín que es la pareja, que
está desierta si estos no vienen por el motivo que sea. Contra más flores, más
bonito está el jardín y más contento el jardinero. De todos los colores, machos
y hembras forman el jardín precioso.
La luna y las estrellas bendecirán a esas parejas que ansían
tener hijos y lo harán abundantemente para que no falte flor de ninguna clase.
Que la luz del sol alumbre esa unión hombre –mujer para que
tengan muchos hijos, que sean dichosos y no les falte de nada. Que llueva
abundantemente para que las flores se críen bien bonitas.
Que no les falte de nada a padres e hijos y que vivan felices
en un paraíso terráqueo que tenemos por casa.
El padre y la madre, la semilla y el jardín se unirán en un
beso eterno que hará brotar las flores, de todas las clases y colores.
Las niñas y los niños jugarán a la vista de sus progenitores,
alegrando el jardín florido de todos los colores.
Los padres se deleitarán con los hijos, que han nacido de sus
entrañas, viéndoles crecer alegres, sanos sencillos y cariñosos.
Que el Dios que le dio esta propiedad no se arrepiente nunca
de habernos criado y nosotros le demos la alegría de serle fiel en su Ley,
nuestro código moral y de cortesía.
Muchas rosas sin espinas y muchos claveles se criarán en este
jardín.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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