miércoles, 22 de mayo de 2019

UN JARDÍN SIN FLORES


Es igual que un matrimonio sin hijos. Muy soso ¿No? Las flores para el jardín y los hijos para la pareja son la esencia del estado.
No tener hijos la pareja puede suponer un trauma difícil de solucionar, porque esto es lo que van buscando la mayoría de las parejas, los hijos, que tomen el relevo de ellos que emprendieron este camino.
Un jardín sin flores es un campo que no produce nada, solo malas hierbas, una ruina, porque el jardinero quiere que tenga muchas flores.
Los hijos son las flores de ese jardín que es la pareja, que está desierta si estos no vienen por el motivo que sea. Contra más flores, más bonito está el jardín y más contento el jardinero. De todos los colores, machos y hembras forman el jardín precioso.
La luna y las estrellas bendecirán a esas parejas que ansían tener hijos y lo harán abundantemente para que no falte flor de ninguna clase.
Que la luz del sol alumbre esa unión hombre –mujer para que tengan muchos hijos, que sean dichosos y no les falte de nada. Que llueva abundantemente para que las flores se críen bien bonitas.
Que no les falte de nada a padres e hijos y que vivan felices en un paraíso terráqueo que tenemos por casa.
El padre y la madre, la semilla y el jardín se unirán en un beso eterno que hará brotar las flores, de todas las clases y colores.
Las niñas y los niños jugarán a la vista de sus progenitores, alegrando el jardín florido de todos los colores.
Los padres se deleitarán con los hijos, que han nacido de sus entrañas, viéndoles crecer alegres, sanos sencillos y cariñosos.
Que el Dios que le dio esta propiedad no se arrepiente nunca de habernos criado y nosotros le demos la alegría de serle fiel en su Ley, nuestro código moral y de cortesía.
Muchas rosas sin espinas y muchos claveles se criarán en este jardín.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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