Es lo que, a veces, deseamos en el mundanal ruido de coches,
motos, camiones, autobuses y gente gritando. Un poco de silencio pido yo para
poder poner en orden mis ideas.
La contaminación acústica es causa de muchas enfermedades,
sobre todo mentales, que incluye desilusión, apatía, y falta de ánimo para
llevar una vida normal.
Si se vive en una calle que transitan muchos coches, no se
duerme bien. Incluso de noche tenemos ruido.
A los que tenemos depresión, nos viene bien un paseo por el
campo, escuchando el trino de los pájaros en la soledad del campo que es
medicinal para muchas personas.
La tranquilidad es buena para todas las personas, sobre todo
las que están delicadas de los nervios, pero para las que no lo están, también
viene bien un poco de sosiego en este mundo de ruidos, prisas…
Oir música relajante también es bueno para nosotros, porque
tranquiliza, relaja y te lleva a otro mundo donde no hay prisas, jaleos y mal
royito.
En este mundo manda el dinero y si no lo tienes, no tienes
acceso a cosas de primera necesidad como la comida, la casa, el comer el aseo…
Dice la canción que la felicidad es no tener que trabajar,
pero yo creo que de todo quiere el cuerpo, sin excederse, hay que hace cositas
que te realiza y hace feliz.
Después de una fiesta con los amigos, un poco de silencio,
por favor, que necesito pensar en mis cosas, dar rienda suelta a mi imaginación
y respirar tranquilo, sin ruido.
Lo mismo que, a veces, el cuerpo te pide marcha, otras te
pide tranquilidad, sosiego, silencio para escuchar a mi corazón.
A veces, silencio, es felicidad, señal de que se está
tranquilo, con uno mismo y con los demás.
JOSÉ
ANTONIO MÉRIDA.
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