Me traen de cabeza, ya que me pide calzado y ninguno le viene
bien y es que se partió el tobillo derecho y solo se lo vendaron en casa, con
lo que no quedó bien y ahora le da la lata.
Hoy le llevo el segundo calzado que me ha encargado y veremos
si le cuadra o no. El dinero me ha costado, pero no sé si le vendrá bien. Yo le
compré unos buenos zapatos de piel, pero no le gustaban y se los he cambiado
por unos deportivos, que no sé si le gustarán.
En el campo, antiguamente, se apañaban como podían y no iban
al hospital porque no estaba a su alcance. Mientras se es joven se sobrellevan
las cosas, pero cuando se es mayor, todo sale y se sufren las consecuencias.
No se le da importancia a cualquier dolencia o rotura y luego
pasa factura con los años. Son muy descuidados para consigo mismo. El peor
enemigo de uno mismo es él, que no se cuida como debiera.
Hoy día, por menos de un pimiento, ya estamos en el médico o
en el hospital para que nos curen cualquier dolencia. En realidad es mejor,
porque luego se agrava y ya no tiene solución.
Los jóvenes de hoy vivimos en España unas condiciones
envidiables. Nuestros mayores que nos han cuidado con esmero, para que ahora no
les devolvamos los favores con creces, que se lo merecen.
Quien no ha sufrido hambre, no sabe lo que es y nosotros
hemos tenido la barriguita siempre llenita. Es de agradecer que no nos
encontremos en un país pobre, sin comida, sin vestido y sin educación.
Llevemos las cosas bien y que nuestros padres no sufran más.
Bastante tienen con haber trabajado duro por dos chavos y ahora nos parece poco
por realizar tareas que no exigen esfuerzo físico, ni mental, tan solo hay que
saber manejar las máquinas que la modernidad pone en nuestras manos.
Que el bien reine en nuestros corazones y no haya maldad para
los que son realmente hermanos nuestros.
Que no haya gente que le pase como a mi pobre madre.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario