Puede estar tan solo con tener un comportamiento solidario,
con ser un poco bueno para los demás, con compartir los bienes con los tuyos.
Con solo ser un poco persona libre.
El mundo es de todos y para todos. Coge el pedacito que te
pertenece y deja lo sobrante para los demás. Serás dichoso y afortunado si no
eres avaricioso, si te conformas con un poco, si eres feliz con un trozo de pan
y un poco de agua. Si no necesitas 7 pantalones y 10 camisas.
Si estás contento con tu familia, los quieres y ellos a ti.
Si trabajas sin esfuerzo, si el dinero para ti es solo una moneda de cambio por
cosas para comer y lo que se necesite en casa.
La vida es bella si la miras con buenos ojos, si te amoldas a
las circunstancias y sabes sobrellevarlas. Dando todo lo bueno que hay en ti,
regalando sonrisas, besos y abrazos. Regala salud de esa que a tí te sobra,
tendiendo la mano al más necesitado.
Sé prudente en tus deliberaciones y encamínalas al bien del
mundo, que este te devolverá con creces los bienes que puedas darle.
La vida es un alegre paseo junto al mar, si sabes como tratar
a la gente, con ese cariño que hay en tí y que regalas a todo el que te
encuentras.
Con solo una mirada amable, derrochas alegría, paz y amor a
tus conciudadanos, que velarán por ti, porque eres buena persona y vives para
los demás.
Vivir puede ser un juego de niños, si nos tomamos las cosas
con serenidad, que los problemas son menos si se tratan amablemente, tendrás al
mundo en tus manos y harás con él lo que quieras, porque te sobran razones para
ser feliz y hacer felices a los tuyos.
Fíjate en esos viejecitos que pasean tranquilamente por la
calle. Son orgullo de todos nosotros. A pesar
de los años viven felices sus días, agarrados de la mano el uno del otro,
sin pesarles sus largos años de duro trabajo y vida difícil.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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