Más que teléfonos son mini-computadoras, porque con ellos se
puede hacer casi de todo. Son cámaras de fotos, se puede pedir un menú a una
empresa dedicada a ello, se pueden hacer transferencias, reservar un crucero
por el Mediterráneo, grabar videos de tu suegra, sirven de gps, que te guía a
donde vayas.
Los hay normalitos y muy avanzados, con estos últimos puedes
hacer gestiones bancarias, pedir cita para diversas gestiones que tengas que
hacer, tienen video juegos, reloj, alarma y una serie de cosas que no se
terminaría nunca de enumerar.
Tienen video llamadas, lo puedes tener de contrato o de
tarjeta, esto último sirve para controlar el gasto. Con los de contrato te
puedes llevar un susto a final de mes, por eso muchos usan los de tarjeta.
Yo tengo un táctil normalito, pero me sirve para lo que yo lo
quiero que es hacer y recibir llamadas, hacer fotos y que me sirva para mirar
el horario de los autobuses. Algunas veces me vienen diez euros más de lo que
yo espero en la factura, ya que lo tengo de contrato y tengo que vigilar mucho
el gasto, para no encontrarme, a fin de mes, con una factura de ochenta euros.
Los más jóvenes lo tienen por los juegos de muñecotes, en los
que se enfrentan a malvados poderosos. Yo no juego, entre otras cosas porque no
sé, pero tampoco me llama mucho la atención esta distracción.
Los jóvenes y no tan jóvenes se pirran por jugar con ellos.
Yo no uso el teléfono nada más que lo preciso. Solo como
teléfono y cámara de fotos y para que me diga cuando viene el bus. También
mando algún mensaje.
Los móviles se pueden usar también para chatear en whatsapp y
para enviar mensajes de voz, que no cuestan dinero.
Hace veinte años casi nadie tenía móvil y hoy en día parece
que no se puede vivir sin este aparato.
Son muy prácticos y dan un buen servicio.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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