sábado, 23 de marzo de 2019

SABER LO QUE SE QUIERE


Parece absurdo que una persona no sepa lo que quiere hacer, que decir o como reaccionar ante una situación dada. Es un poco raro, pero no imposible, sobre todo en los países más avanzados.
Podría llamársele el síndrome del aburrimiento. Ocurre porque tenemos de todo y sobrado y ya no nos gusta hacer nada, porque no tenemos falta de nada, todo nos sobra.
Cualquier trabajador de clase media me podía decir que él o ella tiene falta de dinero, de salud (Sufre stress seguramente). Yo pienso que no le falta de nada porque tiene una familia, una casa, un trabajo, come y bebe bien todos los días, tiene ropa y calzado sobrados, tiene coche, un teléfono móvil por miembro de la familia o más, quizá tiene moto o motos y más de un coche…
Materialmente díganme lo que le falta a este sujeto. Yo diría que vergüenza. No se puede mirar siempre hacia delante. Si miramos hacia atrás veremos que hay muchos más que hacia delante.
Llega un momento que no sabemos lo que queremos, por lo que he dicho antes, porque no nos falta nada imprescindible.
Otra cosa es la salud. La persona rica o pobre puede carecer de ella y eso es una verdadera pena tanto si se es pudiente o no.
Muchas veces andamos como despistados, que no sabemos lo que vamos a hacer y es que estamos sumidos en la abundancia.
Todo nos sabe a poco, tanto si es en el comer, en el vestir o cualquier otro bien que podamos tener.
Hablando en pareja, no se ponen de acuerdo, porque uno quiere cambiar el coche y el otro no. Uno argumenta que el que tienen todavía sirve. El otro dice que no y lo que ocurre es que el vecino de enfrente se ha comprado uno y es precioso, el modelo y el color.
Creedme que llega un momento que ya no se sabe que hacer con el dinero, que tanta falta hace.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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