martes, 12 de marzo de 2019

EL COLOR DE LA PIEL


No hace distinto al ser humano. Ya sea blanco, negro, amarillo, rojizo, hindú…o de cualquier raza o etnia, la sangre que corre por sus venas es la misma. Por tanto no debemos despreciar a nadie por el color de su piel, porque todos somos, chispa más o menos, iguales.
En España hay gente de muchos países, que vienen a buscarse la vida, porque en sus países se vive peor. Los recibimos de la mejor forma posible, para que se sientan como en casa. No hay nada más que ponerse en su lugar. Bien nos gustaría que nos acogiesen con cariño, hermandad y nos proporcionaran lo que necesitamos.
Muchos vienen de vacaciones y son muy bien recibidos, porque vienen a gastar aquí su dinero y dan trabajo a los españoles.
Los que vienen en pateras, jugándose la vida, por alcanzar unas condiciones mejores, esos no son tan bien recibidos, porque vienen con lo puesto, buscando una vida mejor. Por lo menos no pasar hambre.
No se me ocurriría nunca decir: “mira el negro ese”. Viene a quitarnos el trabajo a nosotros. Ellos también tienen derecho a unas condiciones de vida digna. No solo los negros, los marroquíes, chinos, sudamericanos, europeos y de todos los países que está económicamente peor que España.
Debemos acogerlos como nos acogieron a nosotros en Alemania en los años 1960-1970, que nos dieron trabajo cuando aquí no había.
Todavía, vamos a la vendimia en Francia y a otros países que necesitan trabajadores cualificados, que en España nos sobran y allí no miran el color de nuestra piel. En el mundo hay muchas razas y dentro de cada país hay distintas etnias.
Si seguimos separando, yo me voy a quedar solo, porque soy distinto a los demás.
No es justo, debemos caminar unidos y ayudarnos en todo lo que podamos.
Hombres y mujeres de cualquier país, raza, etnia, somos ciudadanos del mundo, personas al fin y al cabo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario