lunes, 25 de marzo de 2019

DE CABEZA


Nos traen los cajeros automáticos de los bancos y las máquinas de todos los servicios públicos. En mi banco han cambiado de cajero tres veces en pocos meses. Así no hay forma de entendernos.
Todo por ahorrarse un sueldo y ganar la entidad más dinero. La persona que no sebe apenas leer y escribir, no se entiende con estos cacharros modernos. Son muy prácticos, pero amigo hasta entenderlos, suda uno la gota gorda.
Las personas mayores tienen que ir al banco acompañadas de alguien que, medio entiendo estos artilugios.
Decía que son prácticos porque te permiten sacar e ingresar dinero a cualquier hora cualquier día, pagar los recibos de la luz y agua, pagos a la seguridad social, te da la máquina comprobante del servicio que has hecho, te da los billetes de 5, 10 o 20 según tú los quieras, te pone la libreta al día y muchas cosas más que yo no entiendo todavía.
Las máquinas más avanzadas son, como no, las de los bancos, pero también las hay en correos, en los hospitales, en la seguridad social, en hacienda, en diversos servicios médicos y muchos sitio más.
Los más jóvenes, medio nos las arreglamos, pero los más mayores no entienden ni entenderán nunca estas máquinas, ya que como he dicho, apenas saben leer.
Para cobrar la pensión, tiene que llevar algún familiar que le haga la gestión.
El mundo se está robotizando. Esto es, a medias bueno, porque cada vez las máquinas son más modernas y hay que estar al día para cualquier operación, que tengamos que realizar en cualquier sitio público.
Es bueno porque dan un servicio, incluso sábados y festivos o de noche que no podrían dar las personas.
Yo me las arreglo bastante bien, porque soy el que arregla todos los papeles de la casa.
Cuando no sé una cosa, pregunto a cualquiera, que si sabe, me guía.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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