EL DON DE LA PALABRA
17-02-2019
Es muy bonito porque nos permite decirnos los unos a los
otros lo que sentimos lo que queremos, lo que nos pasa y contarnos nuestras
vidas, nuestras cosas…
Cuando un animal es muy entendido se dice de él que le falta
hablar. Pues a nosotros (Salvo excepciones), no nos falta y debemos aprovechar
este don para hacer grande el mundo, hermanándonos con la conversación y
utilizar esta para alagar a los demás y no para ofenderlos.
Que desdichado es el que no puede hablar, pero lo es aún más el
que tiene una lengua viperina, que se dedica a desunir a los humanos y no a
unirlos, como debería ser.
Desde corta edad vamos empezando a hablar. Los niños hablan
mucho y expresan sus sentimientos de forma muy visible. De ellos deberíamos
aprender y no mentir, como hacemos los mayores, sino ir con la verdad por
delante, que es lo más bonito del don de la palabra.
Hasta cierto punto somos libres de decir lo que queramos,
pero la verdad y la honestidad hacen grande al hombre.
Hay un paso entre la verdad y la mentira. Son muy parecidas
por lo que debemos tener cuidado de no mentir y de saber quien nos está
mintiendo.
Hay quien disfruta burlándose solapadamente de los demás,
contándole cosas que él mismo se llega a creer y que son mentiras como
catedrales.
Con una sonrisa que parece agradable, nos engañan y es esa su
forma de vivir la vida.
Quien te dice la verdad, te mira a los ojos cuando te habla,
se preocupa por ti y si te puede hacer un favor, te lo hace.
Quien dice la mentira le importa poco tu persona y tus cosas.
Usemos el don de la palabra para hacer grande al hombre, que
queda a la altura de la suela de unas alpalgatas, cuando miente. Digamos
siempre la verdad, que esta nos ayudará a vivir.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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