Camino solitario por la vida buscando la verdad. Con trabajo
la encuentro, pero no mucho después la pierdo, vuelvo a caer en el hoyo de la
mentira más cruel. Lucho por salir de él y lo consigo, cada vez con más
trabajo, pero con más grande recompensa.
No es nada grato este ir y venir, pero yo sigo adelante,
luchando contra la mentira.
De la verdad a la mentira hay un paso y nadie sabe cuando
actúa bien o actúa por el mal. Es más fácil y grato caminar mal, pero a la
larga el mal caerá en el hoyo del que no se sale nunca.
Volviendo a mis idas y recaidas, cada vez más cuesta más
trabajo salir de la mentira, pero a la vez es más grato salir del bache,
triunfante y con la verdad en los labios y en los hechos.
La mentira es muy sigilosa y muy parecida a la verdad. Ya
quisiera yo que muchos se acercaran a lo cierto, pero no es así, vamos dando
vueltas y vueltas y al final acabamos mintiendo, engañando, calumniando, vejando
a nuestros prójimos, que sufren en silencio.
A veces yo mismo me dejo caer en el hoyo, por si fuese esta
la última vez. Pero ni por esas. Es como un piso comprado a crédito, cada vez
te cobran más y el piso vale menos.
Yo no me rindo ni me rendiré jamás. Está feo que yo lo diga,
pero tengo a bien que sepáis que llevo muchos años en la brecha y no sé cuando
va a acabar. Ardo en deseos de que esto se termine y llegue la verdad con
mayúsculas y el hoyo se separe de aquella, en las profundidades, donde nunca
pueda atacar a la ferviente VERDAD que nos ronda, pero que no sabemos
aprovechar.
Muchos de ustedes no entenderéis de qué hablo, pero otros sí.
Yo digo las cosas muy claras y si las analisais veréis que hablo sinceramente y
que no miento en mis escritos.
Súbete al carro de la verdad, a ver si hundimos de una vez
por todas a la mentira.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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