miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL QUEHACER DE CADA DÍA


Puede hacer que nos sintamos bien, si lo hacemos de buena forma y con éxito. Si lo hacemos mal, nos sentiremos poco motivados y caeremos en la monotonía, que mata al hombre.
Es muy sencillo llevar nuestras tareas de buena forma y no torcer el hilo de las riendas de ellas y por tanto, llevarlas mal. No debemos caer en la monotonía, que es el aburrimiento que nos lleva a hacer las cosas como máquinas. Somos humanos y capaces de enderezar los caminos de la realidad de la vida, que es el cariño por lo que hacemos cada día.
Nuestra tarea ha de ser como un hobbie, para que las cosas vayan bien, si queremos triunfar internamente en esta vida. Es difícil llevarlo bien. Si sonreímos ante las adversidades, todo nos irá de primera.
Que una cosa me sale mal, pues otra me irá bien. No hay que tener miedo de nada, pues somos los reyes de la creación y como tales, herederos del bien del Cielo, que debe ser nuestra esperanza.
Tenemos comida y bebida todos los días, por ellos trabajamos y debemos sentirnos orgullos, de ser aptos para conseguirlos, con nuestro trabajo y dedicación, que son el premio a nuestro quehacer de cada día.
Peor está el que no tiene trabajo y quiere tenerlo, para demostrar a sus amigos, que es capaz de hacerlo con gracia y sabiduría.
El mundo está hecho a nuestra medida, pero tenemos que luchar por ganárnoslo. No debemos envidiar el bien de los demás, porque posiblemente tengan más problemas que nosotros mismos.
Debemos dar gracias por estar vivos, sanos, vigorosos y por tener una familia y amigos en quien confiar.
La vida nos sonríe, aplaudamos nosotros ese don, que no todo el mundo tiene en su mano.
Hagámosle un monumento a nuestro existir, que es el mejor del mundo, que nos ayuda y nos guía por este mundo de flores.
Que nadie dude de nuestro valor y gallardía para luchar por todos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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