SIN PRISAS PERO
15-07-2023
…Pero sin pausa, es como deben hacerse las cosas. Sin prisas,
porque no sale nada bien, nos mosqueamos y tenemos un mal día. Sin pausa porque
nos dormimos en los laureles y a ver quién hace nuestra tarea, que cuando más
cuando menos, es difícil de llevar. “Es que el trabajo de ese no es como el
mío, él está todo el día sentado al fresquito de la oficina o el bus” solemos
decir y hay que tener en cuenta que no todos los trabajos son iguales, si tú
estás todo el día al sol tostándote, que es penoso, el otro tiene un trabajo
que no es de fuerza bruta, pero si mental.
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Que no se piense nadie que el trabajo mental, que a veces
también es físico, es más fácil que el físico, porque estar sentado 8 horas
también cansa y duelen los riñones y normalmente se está de cara al público,
que cuando es un servicio, se lo toman como si fuera suyo, criticando al
personal como si la empresa fuera suya y además sin conocimiento de causa. Me vengo
a referir a los servicios sanitarios, policía, bomberos y sobre todo a la EMT,
que cuando tarda un autobús, dicen que es por culpa de los conductores, cuando
estos se afanan por hacer bien su tarea.
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Por uno que haya desaborido, porque tenga un mal día, hay
cientos que están en su cajonera dando el callo y sin protestar que se le echan
encima, sobre todo, las Marías y lo ponen verdes, cuando los viajeros no
conocen los problemas que tiene el servicio que, al ser público, les parece que
pueden avasallar a l@s conductor@s y al que no es tranquilo lo sacan de sus
casillas. Los viajeros deben pensar que ellos también son personas y además del
trabajo, tienen a su mujer y sus hijos.
Si bien los problemas de allá no se los han de traer acá y
viceversa, porque se agobian y no se concentran en lo que están haciendo, esos,
están ahí y si se tiene una pareja o unos hijos
enfermos o con problemas, no se puede dejar la mente en blanco porque
ellos también están en uno, como le ocurre a cualquier persona.
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Por todo esto hay que ir sin prisas, pero sin pausas para que
las tareas vayan bien y no nos salgamos de nuestras casillas, que al final el
que paga es el que se exalta y el que protesta se queda tan tranquilo, creyendo
que ha cumplido con su labor de “ciudadano correcto”, cuando lo que es, es un
energúmeno de cuidado, que la gente trata como a un “héroe”, porque no se calla
ante unos problemas que si, existen, pero está protestando a la persona equivocada.
Estas cosas, como digo, le suelen ocurrir al personal
sanitario y demás servicios públicos. Pero señores míos, es que un médico por
serlo va a tener que ser un mago que cure su dolencia. Unas las curan, pero
otras, como las de dolores de huesos, solo pueden aliviarlos y esto no lo
comprenden los enfermos, sobre todo los mayores. Hay quien ha agredido a su
médico porque no le daba solución a su problema e incluso ha llegado a matarle.
Y es que el to que to del ciudadano (de muchos de ellos) es
protestar. Parece que los hicieron su madre y su padre protestando y eso es
porque se sienten prepotentes y mejor que los demás, cuando aquí el que más el
que menos es persona, muy digna y honorable, para que un don nadie lo ponga
como un trapo viejo, porque a él le parece bien.
Mejor no darles muchas vueltas al asunto porque si no vamos a
acabar mareados sin haber probado el vino.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA JUÁREZ.
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