jueves, 27 de diciembre de 2018

OFENDER


Es molestar, de una manera u otra al prójimo. Hay personas que se ofenden fácilmente y no se les puede decir nada, ni saludarlo, ni rozarse con él. Son delicadas a más no poder. Otras, sin embargo, es difícil que se molesten. Para eso les tienes que atacar duramente.
No se puede ofender a nadie, hay que gastar cuidado de a quién nos enfrentamos y tratar a cada uno de la mejor forma posible. Si sabemos que a una persona no le gusta que la saluden, pues no la saludamos y asunto arreglado. Otras se molestan si no se les saluda.
Cada cual es como es y lo debemos de respetar. Debemos de conocer a las personas con que nos tratamos y dar a cada una lo que estas desean de tí. Es muy fácil, se trata de conocer a las personas.
No se trata igual a un conocido que a un desconocido. Al conocido sabemos por dónde le podemos entrar, al desconocido no y debemos gastar cuidado de no ofenderle. Se le puede saludar y, si contesta, entablar una conversación, si no, le dejaremos en paz.
Al amigo íntimo le podemos gastar bromas incluso. Al desconocido, no, porque puede molestarse por menos de un pimiento. Lo mejor que podemos hacer es no faltar al respeto de ninguna persona y así saldremos curados en salud.
Uno puede conocer a muchas personas, pero de vista y hemos de tratarlas con respeto y buen hacer. A los amigos se les puede decir cualquier cosa, con respeto, que no se molestarán.
El que va por su camino, a su royo, no ofende a nadie, porque va a su quehacer y no tiene tiempo de tonterías, va a lo suyo y no se mete con nadie. El que es un bocazas ofende a todo el mundo porque es su forma de ser.
Ve por tu camino, a tu trabajo o tarea, saluda a todo el mundo y no te metas en lios malos. Saldrás ganando en salud y todo el mundo te apreciará, por tú sencillez.
Camina por la senda angosta, que por la ancha es muy fácil de ir.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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