Y compañeras son los de la EMT, aunque yo no estoy en activo,
me siguen considerando de la casa. Se alegran cuando me ven y vamos charlando
durante el viaje. Cuando yo entré había una sola compañera (tristemente
desaparecida), ahora son más de 80 mujeres al volante.
Algunos me dan su correo electrónico y yo les envío mis
escritos. Ellos me dicen cuales les han gustado. Si les pido un favor, si
pueden, me lo hacen y yo les quedo grandemente agradecido.
Yo uso el servicio de transportes urbanos mucho, 4 o 5 veces
al día. Los de mi línea me conocen todos y me saludan cuando me encuentro con
ellos por la calle, estando yo de compras o simplemente andando. Me tienen
aprecio como yo a ellos.
Yo ando por varias líneas y todos me conocen de vista.
También las chicas. Alguna, incluso es amiga mía y no digamos los hombres.
Cuando subo al bus, nos saludamos, y si no está la cosa muy apretada, vamos
charlando de nuestras cosas. Ellos me cuentan sus problemas y yo les cuento los
míos. Yo soy, o más bien dicho, era el agente único 486. Ya van por el 1000 y
pico. Muchos de ellos ya se han jubilado, por distintos motivos.
Tod@s son buenos conductores y más buenos amigos. Alguno
cuando no le veo en un tiempo, me pregunta que dónde me meto. Yo les digo que
todos los días hago, más o menos el mismo camino a la asociación. Cojo e 20 y
luego el21 y más tarde el 21 y luego el 20 y a casa.
Me dicen, charlando cuanto les queda de jornada y cuanto para
descansar, o para coger vacaciones.
Hacen una gran labor social que no se les reconoce, ni el
público ni la empresa. No solo en sueldo, sino en trato.
Que vivan siempre los ases del volante y que sean felices en
su trabajo y con su familia.
Gracias por leer mis artículos chic@s.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario