miércoles, 12 de diciembre de 2018

MIS COMPAÑEROS


Y compañeras son los de la EMT, aunque yo no estoy en activo, me siguen considerando de la casa. Se alegran cuando me ven y vamos charlando durante el viaje. Cuando yo entré había una sola compañera (tristemente desaparecida), ahora son más de 80 mujeres al volante.
Algunos me dan su correo electrónico y yo les envío mis escritos. Ellos me dicen cuales les han gustado. Si les pido un favor, si pueden, me lo hacen y yo les quedo grandemente agradecido.
Yo uso el servicio de transportes urbanos mucho, 4 o 5 veces al día. Los de mi línea me conocen todos y me saludan cuando me encuentro con ellos por la calle, estando yo de compras o simplemente andando. Me tienen aprecio como yo a ellos.
Yo ando por varias líneas y todos me conocen de vista. También las chicas. Alguna, incluso es amiga mía y no digamos los hombres.
Cuando subo al bus, nos saludamos,  y si no está la cosa muy apretada, vamos charlando de nuestras cosas. Ellos me cuentan sus problemas y yo les cuento los míos. Yo soy, o más bien dicho, era el agente único 486. Ya van por el 1000 y pico. Muchos de ellos ya se han jubilado, por distintos motivos.
Tod@s son buenos conductores y más buenos amigos. Alguno cuando no le veo en un tiempo, me pregunta que dónde me meto. Yo les digo que todos los días hago, más o menos el mismo camino a la asociación. Cojo e 20 y luego el21 y más tarde el 21 y luego el 20 y a casa.
Me dicen, charlando cuanto les queda de jornada y cuanto para descansar, o para coger vacaciones.
Hacen una gran labor social que no se les reconoce, ni el público ni la empresa. No solo en sueldo, sino en trato.
Que vivan siempre los ases del volante y que sean felices en su trabajo y con su familia.
Gracias por leer mis artículos chic@s.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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