Si las cosas fuesen como nosotros queremos, nos iría
maravillosamente, pero cada uno es de un pensar, chocaría con las ideas de
otras personas y los planes se estropearían.
Llegará el día que podamos hacer lo que nos dé la gana, pero
será controlado por un ser superior, que entiende a todo el mundo.
Tenemos cierto albedrío, pero no debemos molestar a los
demás. Tenemos poder para hacer y deshacer ciertas cosas, pero no tenemos poder
absoluto, ya que lo estropearíamos todo.
Uno querría una cosa,
otro la contraria y ya está el lío liado. Debemos respetar las ideas de los
demás y los demás deben respetar las nuestras del mismo modo.
Es como dar un paseo. Unos van más rápidos, otros, los
mayores, más lentos. O como conducir, unos van rápido, otros van más lentos y
tenemos que circular todos.
Es como una carrera de obstáculos, unos saltan con facilidad,
a otros les cuesta más y van más lentos.
Vivir es respetar a los demás, hombres y mujeres mutuamente,
para que nuestro caminar por la vida sea un alegre paseo bajo la luz de la luna
por una playa de ensueño.
No siempre podemos hacer lo que queremos, porque a veces nos
equivocamos y podemos herir la sensibilidad de otros. Debemos tratar con amor a
nuestros semejantes, que son igual que nosotros mismos y no nos gusta que nos
ofendan.
La vida es como un tiovivo, que da vueltas y vueltas y unos
suben y otros se bajan, a pasearse en esta atracción de feria, que se asemeja a
nuestro quehacer diario.
Vivir es andar nuestro camino, sin tropezar y sin hacer
tropezar a los que andan a la paz que nosotros. Vive tranquilo y contento
libremente con tus familiares y amigos.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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