Es una cosa muy fea y este mundo está lleno de engaño. Te
engañan cuando menos te lo esperas, en super, en la frutería, tu amigo de
confianza, tu hermano…No son así la mayoría de los padres. Ellos van con la
verdad por delante y nunca te defraudarán.
Cuando compras te engañan en el peso, en el precio, y si
tienen alguna manzana podrida, te la echan. Te dicen que son productos de
primera calidad y no es así. Te dan gato por liebre.
Te cobran la bolsa de plástico, dos veces si es necesario y
tienes que andar con cuatro ojos para que no te echen la peor mercancía. La
mejor hay tiempo de venderla.
Te engañan en el bar, porque te sirven cosas “de primera
calidad” y son de segunda y de tercera. En cualquier establecimiento te engañan
en el cambio de moneda. No se equivocan nunca a favor del cliente. Si te pueden
dar algo de menos, te lo dan.
Si preguntas por una calle, te mandan en sentido contrario.
Menos mal que todavía quedan personas honradas, que puedes confiar en ellas,
que te ayudan en lo que pueden y son la luz del mundo. Las personas mayores son
más formales, te ofrecen su ayuda sin prejuicio de molestarse ellas. También
algunos jóvenes van por su camino y te ayudan si lo necesitas.
Ten cuidado con el aspecto de las personas, que el más
pintado te puede robar, engañar y dejarte tirado en la calle.
Las personas se conocen por su forma de hablar, de vestir y
de comportarse ante una incidencia.
No te engañará nunca tu padre, ni tu madre ni ese que te
encuentras por la calle y, sin conocerte de nada, te ofrece su ayuda
desinteresadamente.
El mejor amigo que hay es uno mismo, aunque hay amigos que no
te la darán por nada del mundo.
Tenemos que mejorar socialmente, no defraudar a nadie e ir
por la vida con la cara muy alta.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario