sábado, 8 de diciembre de 2018

ENGAÑAR


Es una cosa muy fea y este mundo está lleno de engaño. Te engañan cuando menos te lo esperas, en super, en la frutería, tu amigo de confianza, tu hermano…No son así la mayoría de los padres. Ellos van con la verdad por delante y nunca te defraudarán.
Cuando compras te engañan en el peso, en el precio, y si tienen alguna manzana podrida, te la echan. Te dicen que son productos de primera calidad y no es así. Te dan gato por liebre.
Te cobran la bolsa de plástico, dos veces si es necesario y tienes que andar con cuatro ojos para que no te echen la peor mercancía. La mejor hay tiempo de venderla.
Te engañan en el bar, porque te sirven cosas “de primera calidad” y son de segunda y de tercera. En cualquier establecimiento te engañan en el cambio de moneda. No se equivocan nunca a favor del cliente. Si te pueden dar algo de menos, te lo dan.
Si preguntas por una calle, te mandan en sentido contrario. Menos mal que todavía quedan personas honradas, que puedes confiar en ellas, que te ayudan en lo que pueden y son la luz del mundo. Las personas mayores son más formales, te ofrecen su ayuda sin prejuicio de molestarse ellas. También algunos jóvenes van por su camino y te ayudan si lo necesitas.
Ten cuidado con el aspecto de las personas, que el más pintado te puede robar, engañar y dejarte tirado en la calle.
Las personas se conocen por su forma de hablar, de vestir y de comportarse ante una incidencia.
No te engañará nunca tu padre, ni tu madre ni ese que te encuentras por la calle y, sin conocerte de nada, te ofrece su ayuda desinteresadamente.
El mejor amigo que hay es uno mismo, aunque hay amigos que no te la darán por nada del mundo.
Tenemos que mejorar socialmente, no defraudar a nadie e ir por la vida con la cara muy alta.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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