lunes, 17 de diciembre de 2018

LAS COMPRAS COMBULSIVAS


Se trata de que hay gente que compra cosas que no le hace falta para nada. Cuando llegan a casa las guardan en un armario y allí se quedan muertas de risa, porque nadie las usa.
Como si no hubiera donde gastar el dinero. Seguramente que les sobra y más seguro es que son gente enferma, que no sabe lo que hacer con el dinero. Es una lástima que haya personas así.
Si se compra algo es con intención de usarlo, no porque nos parezca atractivo o el vecino tenga uno igual. Yo conozco gente que gasta el dinero por gastar. Que se lo den a un pobre y tendrá un sitio en el Cielo para ellos.
A todos nos gusta salir de compras. Es bonito y estimulante, pero compremos con la cabeza, no con los ojos, que se van detrás de las cosas que ponen en los escaparates, pero que, si lo pensamos, a nosotros no nos valen para nada. Es comprar por gusto o porque hay rebajas.
Porque mi vecino tiene uno y yo no quiero ser menos que él, es lo que realmente pensamos, pero so pedazo de burro para qué quieres una corbata si tú no tienes traje.
Es que  he visto a mi vecina y está chulísima. Piensa un poco si a ti te irá igual de bien. Es como comprar una funda para el coche si tú no tienes coche. Absurdo ¿No?
Si tuvieras mucho dinero entrarías en unos grandes almacenes y te lo llevarías todo, hasta el dependiente, para que te cuente las novedades de moda, lo que queda más chic.
Para qué quieres una cafetera si tú no tomas café. Por qué te compras unos zapatos de charol si ya tienes unos. Algo hay en tu cabeza que no funciona bien.
Para qué quieres catorce camisas si tú solo usas cuatro. Te va el royo. Cómprate un trasatlántico y lo pones en el salón. Es la  última moda.
No derroches el dinero que hay muchas cosas útiles que comprar, que hacen falta en casa.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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