viernes, 22 de noviembre de 2019

SER DISTINGUIDO


No es cuestión de ir muy bien vestid@, ni frecuentar sitios caros, ni siquiera de tener buena presencia. Un caballero o una señorita se distingue por sus modales, por su buen gusto.
También el que ayuda al desvalido, que no puede con su carga o necesita 1 euro para tomar algo o coger el autobús. Es el que cede su asiento en el bus, a una persona que lo necesita.
Es quien ayuda a subir o bajar del bus a esa viejecita que le faltan las fuerzas y no puede con su carga.
Ser distinguido es ser un caballero con todos, sea de la clase social que sea. Es el que visita a los enfermos que están en los hospitales.
Es querido por todos y por todas y le dan muestras de cariño como un pequeño, pero valioso regalo, que en su pequeñez sacan de su alma, para pagar el favor que le hacen.
No se da a ver sino que pasa desapercibido, por la mayoría de la gente, que no tiene corazón.
Es amable, simpático, animoso y sonríe ante la adversidad de la vida, cruel con algunos, un poco mejor con otros, pero siempre difícil de entender.
Es esa pequeña alma de su casa, que se porta bien con todos y es querido por su buen corazón, sus buenas acciones y que va derrochando cariño.
Es generoso con todos, los cuales le aprecian por sus dádivas, que son pequeñas, pero bien recibidas, por todos los miembros de una casa humilde, que puede ser la tuya o la mía, o la de cualquier alma buena.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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