Aunque todavía estamos en otoño, la sensación es de que
estamos en primavera. Llueve y nieva en las alturas, sale el sol y se
descongela la nieve, provocando inundaciones en las localidades por donde pasan
los ríos.
Se abriga uno y luego sale el sol y hay que quitarse la
chaqueta y puedes coger un catarro, por el cambio de temperaturas.
Todo claro está, debido al temido cambio climático, que hace
que los árboles maduren su fruta a destiempo.
En la televisión no hablan de otra cosa. Hay que reducir la
contaminación en breves años, sino se deshielarán los polos y subirá el nivel
del mar hasta inundar ciudades, como Málaga, que están a pie de mar.
Y es que hay muchos coches, motos, aviones, centrales
nucleares y claro, el humo va para la atmósfera, que no para de darnos señales
de que vamos por el camino equivocado.
El reciclar es importante, pero no suficiente para evitar el
vertido de gases contaminantes a la atmósfera.
Tendría que dar un cambio muy brusco y contaminar menos para
que se regule la atmósfera.
Es un tópico hablar de esto, ya que llevan décadas
advirtiendo el peligro que corremos.
Los coches eléctricos e híbridos pueden paliar un poco este
desastre. Usa el transporte público y deja el cochecito aparcado.
Mira bien que esto es muy serio. No es un juego de niños, se
trata de la salud del planeta, que no hay otro igual. Cuidémoslo.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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