Es el sentimiento más sublime del ser humano. El
enamoramiento más real es entre un hombre y una mujer, si bien se puede querer
a otro hombre o a otra mujer o al cachorro que tienes como mascota en casa y
que es una delicia.
El amor es puro, no tiene envidia, no tiene rencores, no es
envidioso y no tiene tacha. Se quiere porque se ven en esa persona, unas
cualidades que no las tienen otras personas.
Se dice que el amor es ciego, pero yo creo todo lo contrario,
lo ve todo, lo bueno y lo malo, el calor que da una persona a su conyuge, lo
atento que es, los mimos, las caricias y los besos.
El amor es para toda la vida, incluso cuando haya riñas en
pareja. Hablando se soluciona todo.
El amor no es acostarse con la pareja, es vivir día a día
toda la vida. Tener hijos en común y ayudarse mutuamente.
Enamorarse es decir voy a por ella o a por él y no cesar
hasta conseguirlo, que será el mejor espos@, el mejor padre para esos hijos en
común.
El Rey de la casa y la Reina del hogar son estos dos
pichoncitos, que un buen día se cruzaron en un camino y decidieron unir sus
vidas para siempre. Este amor los trae de cabeza.
No hay afecto suficiente para satisfacer a la persona amada.
Son el uno para la otra y al revés. No hay desentendimiento
entre ellos. Son pareja de hecho y de derecho.
Se puede tener cariño por personas del mismo sexo, pero eso
no es el AMOR con mayúsculas, es que se entienden solamente.
JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.
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