En una asociación como la nuestra es aconsejable, ya que sino
se acostumbra uno a las mismas cosas, todos los días y se puede llegar a un
exceso de confianza. Y ya se sabe “la confianza mata al hombre”.
No se trata de que uno sea mejor o peor que el otro, se trata
de un intercambio de pareceres, que vienen bien al monitor y al usuario, que
saldrán beneficiados en el cambio de gente.
Nosotros ahora tenemos a Salvador, que es un sol, sin
menospreciar a otros que estén o hayan estado con nosotros. Óscar en nuestro
monitor habitual y es una estrella, porque nos da todo lo que puede material y
moralmente.
Además está Paqui, que es la supervisora de ocio, es un sol y
dos lunas. Nos trata con cariño y nos da todo lo que puede.
Todos nos aconsejan, con cariño, sobre que deberíamos hacer
ante una situación dada. Esto es beneficioso para nosotros, porque los
protagonistas de la película somos nosotros, que somos quien sufrimos la
enfermedad.
La vida del enfermo mental es triste, porque no tiene quien
le comprenda. Ni siquiera los profesionales de la medicina pueden entrar en el
pensamiento de nosotros. Por eso os pido que tengáis paciencia y perseverancia
en nuestro tratamiento y seguimiento de nuestra enfermedad.
Que cada día que pasa sea un día más, pero un día positivo,
de nuevas sensaciones, de nuevas aventuras, en definitiva, un día positivo,
legal y orientativo hacia cosas buenas para todos.
Volviendo a nuestros monitores. Son todos unos prendas.
Buenos a más no poder. Hay que saber entenderlos y no al contrario, porque
ellos no son los que están enfermos. Somos nosotros y por tanto quienes debemos
adaptarnos a un mundo que no es el nuestro. J. A. M.
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