martes, 8 de agosto de 2017

CURRANTE

Es aquel que se gana la vida con el esfuerzo de sus propias manos, de su propio cuerpo. Ya sea hombre o mujer y desde trabajar en la construcción a ser limpiadora, llevan su tarea adelante, por vivir un poco mejor.
Hay currantes de altura, como pueden ser los que tienen carrera y los que hacen lo que han aprendido en su vida, como albañiles, electricistas, yeseros, camioneros, dependientes y toda clase de oficios.
Cada uno buscamos en la vida nuestro mejor bienestar y eso pasa por tener que trabajar. Existe otro mundo donde el trabajar no cuesta trabajo y tienes todas tus necesidades cubiertas sobradamente. ¿Dónde? En el Cielo, que nadie ve porque sus ojos se han cerrado para que no puedan ver el camino, la verdad y la vida que es Jesús de Nazaret.
Pido todos los días a mi Dios que abra vuestros ojos y podáis ver lo que nos espera después de estos días en la tierra, que no es sino un camino de paso hacia el cielo, que nos espera con ansiedad y que es celoso de nuestros pasos aquí, en el mundo.
Deseo que tu trabajo esté encaminado a dar un servicio a tus prójimos y no solo a ganar dinero. De todo quiere Dios un poco, pero no para enriquecernos y derrochar lo que otros necesitan para comer y vivir.
Piensa en el que está detrás de ti y no en el que está delante. Este tiene de todo y sobrado, aquel quizá necesita un trozo de pan.
Viste tu mundo de color dando una limosna, por ejemplo, o saludando a ese viejecito, que tanto lo necesita.
Cásate con una mujer bella y buena y ten hijos, que colmarán tus días de alegría y buen hacer.
Que el currante no deje nunca de serlo. Desde niño a anciano y que brille su luz como los rayos del sol.

JOSÉ ANTONIO MÉRIDA.

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